LOS SIGNOS DEL ZODIACO, MENUDO TIMO


La astrología es un conjunto de creencias que pretende conocer el destino de las personas, y con ese conocimiento pronosticar los sucesos futuros. Supone el llegar a ese conocimiento mediante la observación de la posición y el movimiento de los astros. Las personas que practican la astrología sostienen que las posiciones de estos ejercen influencia o tienen correlación con los rasgos de la personalidad de la gente, los sucesos importantes de sus vidas, e incluso sus características físicas.
En la antigüedad, la astrología concurría con la astronomía (estudio científico de los cielos), pero ambas se fueron separando después del Renacimiento a raíz del racionalismo (al igual que la alquimia de la química). También la Iglesia católica se opuso a la práctica de la astrología, a través de la Bula contra la astrología (1586) del papa Urbano VIII, por la que condenó oficialmente la astrología. Siguió una segunda bula papal, en 1631, que condenó la astrología por herética, pero autoriza su uso para navegación, agricultura y medicina.
En la actualidad, la comunidad científica considera que la astrología es una pseudociencia o una superstición, la cual cita una ausencia de predicciones astrológicas estadísticamente significativas, mientras que la psicología explica mucha de la fe ciega en la astrología como forma de prejuicio cognitivo o sesgo cognitivo. El consenso científico, según lo expresado por la National Science Foundation, considera que la creencia en la astrología es una creencia pseudocientífica.

Signo Zodiacal

De acuerdo con la astrología, los fenómenos celestes se reflejan o rigen las actividades humanas, de forma que se sostiene que los doce signos representan doce personalidades básicas o modelos de expresión característicos.
En las primeras dos astrologías, se enfatiza el espacio, y el movimiento del sol, la luna y los planetas en el cielo a través de cada uno de los signos zodiacales. En la astrología china, por otra parte, el énfasis se encuentra en el tiempo, con el zodiaco operando en ciclos de años, meses y horas del día. Una característica común de las tres tradiciones, no obstante, es la importancia del signo ascendente, es decir, el signo zodiacal que está ascendiendo (según la rotación de la Tierra) en el horizonte oriental en el momento del nacimiento de la persona.

Bueno, pues después de esta necesaria introducción muy breve al tema que se va a tratar, me gustaría mostraros los 3 fallos más graves que tiene la astrología moderna en relación con los signos del zodiaco:

1) EL SOL NO PASA POR 12 CONSTELACIONES EN UN AÑO.

Supuestamente los signos del zodiaco son doce devido a que el sol a lo largo del año pasa por doce constelaciones, dependiendo de en que constelación estaba el sol en el momento de tu nacimiento eres de un signo o de otro. Cuando los signos zodiacales fueron creados hace miles de años posiblemente sí que fueran 12, eso no se puede negar, pero tampoco se puede negar que ahora se ha introducido otro signo más, este signo es Ofiuco (Serpentario; el portador de la serpiente). 
Ofiuco ya era conocido desde hace miles de años. Tal es así que Tholomeo lo incluyó en su lista de contelaciones.
Ofiuco a lo largo de los siglos se ha ido introduciendo en la eclíptica devido a  diversos movimientos de la tierra como la precesion.


2) NO TODAS LAS CONSTELACIONES DURAN IGUAL.



Como se puede observar fácilmente en esta imagen, el sol va a estar paseándose muchos más días en Libra que en Escorpión. 


3) LOS SIGNOS SE VAN MOVIENDO.

Los signos actualmente admitidos adolecen de otro fallo, el de no haber tenido en cuenta el hecho significativo de que el eje de la Tierra se desplaza cada año. Lo cual significa que hoy, transcurridos cerca de 3.000 años desde que se fijara el primitivo zodíaco, tendríamos que atrasar el horóscopo un signo completo.
Los Aries son en realidad Piscis y los Escorpios una insignificante porción de la humanidad nacida entre el 23 y 29 de noviembre, mientras las posibilidades de ser Virgo -del 16 de septiembre y el 30 de octubre- aumentan considerablemente.






¿ES MAYOR LA LUNA CUANDO ESTA CERCA DEL HORIZONTE?





Se denomina ilusión lunar al fenómeno por el que la Luna (y también el Sol), dependiendo de si su posición está cercana al cenit o del horizonte, parece de distinto tamaño aunque no hay causas físicas astronómicas u ópticas que expliquen tal diferencia. En cambio, la razón del fenómeno es de carácter psicológico.


Aparente diferencia de tamaño lunar


La Luna parece tener un tamaño mayor cuando está sobre el horizonte respecto a cuando está en el cenit.
La causa de este fenómeno no es, como a menudo se supone —también en el caso del Sol— un resultado del efecto de la atmósfera, que en cambio sí es responsable de su enrojecimiento, pues por causa del efecto Rayleigh las moléculas del aire absorben mucha más luz azul que roja. Cuando la Luna o el Sol están más próximos al horizonte se perciben más rojos, dado que los rayos de luz tienen que atravesar un espesor mayor de atmósfera. Tampoco el causante es la refracción, por la variación de la trayectoria de la luz debido al cambio de medio.




La causa es una ilusión óptica investigada en psicología de la percepción.

Tamaño angular y percepción del tamaño

Para la correcta percepción del tamaño de un objeto es importante disponer también de información correcta sobre la distancia real al observador. El cerebro humano calcula el tamaño de los objetos a partir del tamaño de la imagen proyectada en la retina (el tamaño angular) y del conocimiento disponible acerca de su distancia (ley de Emmert), dado que un objeto más cercano a la retina produce una imagen de mayor tamaño que uno más alejado, el cerebro, empleando la experiencia, interpreta que está más cerca. Como la Luna está siempre a unos 385.000 km de distancia de la Tierra, el supuesto cambio de tamaño de la Luna dependiendo de su cercanía al horizonte debe ser una ilusión.





Los fallos de la percepción del tamaño ocurren principalmente cuando existe una falsa estimación de la distancia: tomando un objeto (D) a la distancia (f) que produce una imagen en la retina del tamaño (A), si la distancia se estima erróneamente como (e), puede percibirse como si fuera más pequeño de lo que es (C), pues un objeto de ese tamaño a esa distancia produciría una imagen del mismo tamaño (A). Un ejemplo de esto es la Luna en su cenit o el llamado “efecto de los coches de juguete”: cuando se mira desde una torre alta, por falta de experiencia, se subestima la distancia y los coches parecen más pequeños, como coches de juguete.
De forma inversa: un objeto (C) a una distancia (e) que produce una imagen (B) en la retina, y cuya distancia se interpreta erróneamente como (f), se percibirá de un tamaño mayor al real (D). Un ejemplo es la «Luna en el horizonte». Entre la Luna y el observador puede haber muchos objetos (casas, árboles, montañas -más información acerca de la profundidad) que entre la luna en lo alto del cielo y el espectador, caso en el que la distancia puede sobrestimarse. Si se estima mayor la distancia al objeto pero el tamaño de la imagen en la retina es el mismo, el objeto se percibe como de mayor tamaño, para mantener la coherencia. Por esta causa, la Luna (o el Sol) pueden percibirse como de mayor tamaño cuando están en la cercanía del horizonte.

El firmamento achatado

El tamaño real de la Luna en las cercanías del cenit no se percibe correctamente. Todos los astrónomos saben, que la Luna tiene un diámetro mucho más grande (3.476 km), de lo que la ligeramente defectuosa percepción humana permite apreciar. Por esta causa aparece la apreciación incorrecta de la distancia: la enorme distancia (aproximadamente 385.000 km) de la Luna no es perceptible para el hombre, pero la «Luna en el horizonte» parece más lejana que cuando está en lo alto del firmamento. A causa de la presencia de información de referencia (árboles, casas, etc.) junto a la visión de la línea del horizonte y de la ausencia de estas referencias en lo alto hace que el cielo, en el que parecen estar suspendidas la Luna, el Sol y las estrellas, parezca achatado. Dado que en ambos casos el tamaño de la imagen en la retina es el mismo, a causa de la diferente percepción de las distancias parecería más grande la Luna en el horizonte y menor en las proximidades del cenit.


Debido a la forma achatada del firmamento también las estrellas de algunas las constelaciones, como la del Cisne se perciben como más dispersas, pues la constelación completa parece más grande, cuando está en la cercanía del horizonte que cuando está junto al cenit: su tamaño parece disminuir progresivamente cuando por ejemplo se desplaza durante la noche del horizonte oeste a las cercanías del cenit. Hay un cambio de tamaño linear y continuo dependiendo de su posición en el cielo en las constelaciones, aunque no es tan claro en la Luna o el Sol.



¿Se puede ver la Gran Muralla China desde el espacio?


En octubre de 2003, tras el regreso del primer astronauta chino Yang Liwie de su primer viaje espacial, una creencia popular fue puesta en entredicho cuando afirmó que no había sido capaz de ver la Gran Muralla China. Esa observación contradecía la información presentada anteriormente en diversos libros, juegos de mesa o concursos televisivos, por citar algún ejemplo. Tras las declaraciones realizadas por Liwie, el gobierno chino solicitó que éstas fuesen eliminadas de diferentes reportajes.
El problema se planteó unos meses más tarde cuando el astronauta americano Eugene Cernanafirmó en una conferencia que según las noticias de la Agencia Espacial Europea (ESA)proporcionadas el 11 de mayo de 2004, en una órbita entre 160 y 320 km, la Gran Muralla es visible a simple vista. Varios periódicos internacionales se apresuraron a explicar que Cernan atribuía el error de su colega Liwie a las malas condiciones atmosféricas y/o de iluminación en el momento de su observación.
En un intento de aclaración posterior, la ESA publicó junto con las declaraciones de Cernan una fotografía de una parte de la “Gran Muralla” tomada desde el espacio. En esta fotografía, la muralla se parecía a una carretera llena de curvas similares a los meandros de un río. Una semana más tarde, cuando todo parecía perfectamente aclarado y el mito había sido resucitado, otro comunicado de laESA con fecha 14 de mayo de 2004 (nunca más disponible en su web) admitía que la Gran Muralla de la fotografía ¡era en realidad un río! La ESA fue avisada de su error por profesores y doctores de laUniversidad del Estado de California y de la Universidad Fundan de Shangai.
Tras este pequeño alboroto, todavía no está claro si el mito es verdad o no. Para responder esta duda no es necesario ir al espacio y mirar, basta con saber un poco sobre el sistema visual humano y sus límites. Ni siquiera el mejor ojo humano podría ver la Gran Muralla China desde el espacio a simple vista debido a las limitaciones a la hora de ver pequeños objetos difusos. El parámetro relevante no es la longitud de la Muralla (en torno a 7300 km), sino su ancho, normalmente menor de 6 m. (Ver la foto). Para ilustrar esto con un simple ejemplo, ver la Gran Muralla desde una distancia de 160 km sería lo mismo que ver un cable de 2 cm de diámetro desde ¡más de medio kilometro de distancia! No importa cómo de óptimas sean las condiciones atmosféricas, de iluminación o contraste (a no ser que el objeto fuese autoiluminado o reflejase el sol como un pequeño espejo) que sería totalmente imposible ver ese cable (o, por razones similares, la Gran Muralla), pues el ojo necesitaría una agudeza visual aproximada superior a 20/3, la cual es 7.7 veces la agudeza visual normal, y más de 3 veces la máxima agudeza alcanzada por un halcón, un águila, o un ojo humano.


Un ojo humano ópticamente perfecto sería incapaz de ver el monumento por 2 razones:
---Primero, la distribución espacial de los conos en la fóvea central impone un límite a la agudeza visual de 2.3 (en torno a 20/9). En este caso, una imagen perfecta de la Gran Muralla estaría sobre un tercio del tamaño de un solo cono sin tener en cuenta la difracción pupilar.
---Segundo, los efectos de la difracción pupilar también limitan la agudeza visual humana a 5 (20/4) (para una pupila de 6 mm y una longitud de onda de 555 nm). En otras palabras, los bordes de la Muralla presentan una frecuencia espacial que es aproximadamente 2 veces y media más alta que la frecuencia límite (189 ciclos/grado) de un ojo humano perfecto con una pupila de 6 mm. Sin embargo, según los experimentos de Westherimer, el mínimo ángulo que debe subtender una línea para ser vista de lejos es de sólo 2 segundos de arco. Dicho ángulo es menor que el subtendido por la Gran Muralla observada desde el espacio. 
Los resultados de Westherimer se basan en la detección de una línea negra sobre fondo brillante; en tal escenario, la línea negra causa una disminución local en la iluminación de la imagen que hace posible que sea detectada por el ojo humano. Al igual que un gran cambio local en la iluminación hace posible detectar las estrellas por la noche (siempre que brillen lo suficiente) ocurre con la reflexión del Sol en un pequeño espejo lejano (como se usa en un barco para indicar la posición). Por tanto, si la Gran Muralla reflejase la luz solar como si de un largo espejo se tratase o si estuviese autoiluminada con potentes lámparas, sí que podría llegar a ser vista desde el espacio. Sin embargo, en este hipotético caso, el astronauta no estaría viendo la Muralla sino cualquiera de las lámparas o la reflexión solar. Además, sería muy poco probable la reflexión solar natural debido al tipo de material con el que está construída (piedra caliza, arcilla, granito y ladrillo). Obviamente, todavía sería menos probable ver la Gran Muralla desde la Luna, situada a una distancia mínima de 350000 km, con lo cual la agudeza visual debería ser 17000 veces (!) mejor que la del ojo humano sano (en este caso sería equivalente a ver el cable desde una distancia de más de 1000 km de distancia).


Esta fotografía va dirigida a la gente que afirma sin contemplaciones que la Gran Muralla China es capaz de verse incluso desde la luna. Bueno yo creo las evidencias son suficientes. Esta fotografía ha sido tomada con una cámara fotográfica de alta resolución, con el ojo humano incluso de vería aun mucho peor :




En este sentido, si la pregunta fuese ¿podemos ver la Gran Muralla China a simple vista desde el espacio?, la respuesta tendría que ser igualmente que “no”, pues un astronauta situado en el límite de la atmósfera, en torno a 80 km (50 millas) de distancia, necesitaría una agudeza visual de aproximadamente 3.9 (sobre 20/5) para ser capaz de verla.
Como un simple ejercicio, Google Earthã puede usarse para ver la Muralla en lat.=40.48234 y lon.=116.180592 si se está lo suficientemente cerca del suelo. No obstante, una vez nos encontramos a más de 40 millas de altura no puede verse. Este simple experimento no resuelve realmente la duda, pues la visualización de la Muralla dependerá no sólo de nuestra visión, sino también de la resolución de la imagen del satélite, de nuestra pantalla del ordenador, etc. A pesar de esto, se puede ver que a una altura de 40 millas no es visible la Muralla, mientras que sí lo es la pista de aterrizaje del Aeropuerto Yongning, situada a unas 4 millas en dirección WNW de la Muralla. Además, si la Gran Muralla fuese visible desde el espacio, al contrario de lo que comúnmente se afirma, no sería la única obra realizada por el hombre visible, con lo cual los astronautas podrían disfrutar también de la vista de las Pirámides de Egipto, del Golden Gate, de la Torre Eiffel, y probablemente de su propia casa siempre que ésta sea de más de 6 metros de largo y ancho...
En esta fotografía tomada desde no mucha altura tenemos La Gran Muralla China, decidan ustedes si pueden distinguirla o no. Yo no he sido capaz de verla. Imagínense a mucha mas altura. 



Neil amstrong afirmó: “No creo que, por lo menos con mis ojos, habría alguna construcción humana visible para mí. No he conocido a nadie que me haya dicho que han visto la Muralla China desde la órbita Terrestre. Le he preguntado a mucha gente, particularmente a gente del transbordador, que han orbitado varias veces sobre China durante el día, y aquellos con los que he hablado no la han visto”
 El astronauta Chino Yang Liwei dijo que no pudo verla en absoluto.